Todavía siento ganas de llamarlo alguna vez y
decirle que cuando él se fue un viento me arranco de pie. Todavía que
respiro, nene cuando salgo a nadar por un mar oscuro donde todo
es duro y el agua se hace cristal. Todavía que me rió del
amor del café y de dormir y si lo sufrí fue casualidad un error
nunca te hace mal. Todavía que te quiero y no quiero quererte otra
vez, pero si con vos tanto me aleje que volé y jamás regrese.